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Yo no busco, yo encuentro.
Buscar es partir de hechos conocidos y querer algo conocido en lo nuevo.
Encontrar, es lo totalmente nuevo, también en el movimiento.
Todos los caminos están abiertos, y lo que se encuentra, es desconocido. Es un riesgo, una sagrada aventura.
La incertidumbre de tales riesgos solo puede ser asumido por aquellos, quiénes en la desprotección se saben protegidos, quiénes en la incertidumbre, en la ausencia de conducción son guiados, quiénes en la oscuridad se entregan a una estrella invisible y se dejan atraer por metas, y no determinan en forma humanamente limitada y estrecha la meta.
Esta apertura hacía todo nuevo conocimiento, hacía toda nueva vivencia interior y exterior: es la esencia del ser humano moderno, quién frente a todo miedo de «soltar», experimenta, sin embargo, la gracia de sentirse sostenido en la manifestación de nuevas posiblidades.
Pablo Picasso
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PERDIDO
Una vez preguntaron:
¿Qué haré si me pierdo?
Permanece en quietud.
Los árboles delante de ti y los arbustos de detrás no están perdidos.
Donde quiera que estés, es un lugar llamado aquí,
trátalo como a una presencia poderosa
que pide conocer y ser conocido.
«Escucha»
El bosque susurra:
Yo he hecho este lugar, puedes ir y venir una y otra vez diciendo: «Aquí»
La tórtola no puede estar en dos árboles
ni el gorrión en dos ramas.
Si no estás presente en el «aquí»
entonces estás realmente perdido.
Permanece en quietud.
Escucha
El bosque sabe dónde estás.
Deja que te encuentre
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¡Qué feliz soy cuando sólo soy!
¡Qué feliz soy solo siendo!
Estando sencillamente aquí
notando la vida en mi cuerpo.
Sintiendo que vivo y respiro,
que siento.
Que puedo pensar.
Que no pienso.
Comprobando que veo,
aunque miro y no quiero ver
nada especial ni concreto.
Porque todo está bien.
Todo está bien, todo es bueno.
Sintiendo mi cuerpo
y el espacio que ocupa.
Y que puedo moverme,
aunque me esté muy , que muy quieto.
Y escuchando el bullir de las cosas
sus trajines, suspiros y roces,
sus silencios y estrépitos,
sus señales de vida, su estruendo.
Y yo sigo aquí.
Encantado, contento.
Sin afán, sin empeño.
Sin rencor, sin lamento.
Sin espera ni anhelo,
ni angustia, ni tedio.
Sigo aquí.
Siendo, siendo.
¡Qué feliz, solo siendo!
Vicente Simón